En Venezuela de comienzos del siglo XX los recursos científicos de la época eran tan escasos que apenas en las ciudades mas densamente pobladas se reflejaban con marcada precariedad, por lo tanto en las zonas Rurales éstos elementales servicios brillaban por su ausencia, es decir no existía un sistema de salud formal. De allí que en nuestras poblaciones existían entonces los llamados Médicos populares, hierbateros o Curanderos, que haciendo gala de sus empíricos conocimientos en ésta materia, llenaron una necesidad colectiva a los sectores de menos recursos económicos de nuestra población.
En tal sentido se destacaron en esa rama eminentes ciudadanos, en los primeros años del siglo se encontraba Daniel Barrios, posteriormente Jacinto Sanchez, Beltran López (el maestro Beltrán) que además de practicar la medicina informal simultáneamente se desempeñaba cómo maestro y Bautizador, en cuarto lugar se resalta a Francisco (Chico) Medina, quien además practicaba la Odontología a domicilio, todos ellos se desplazaban de un lugar a otro dentro del perímetro de la ahora Parroquia Buena Vista a pie o a lomo de bestia, para atender a decenas de pacientes que requerían de sus servicios.
También habían las Comadronas, quienes eran una nobles mujeres, que contribuyeron en gran medida con la natalidad en éste Pueblo, fueron personas que llegaron a acumular una gran cantidad de ahijados, pues una vez que atendían los partos automáticamente quedaban consagradas cómo las madrinas de los niños y niñas, recorrían grandes distancias a pie y a lomo de bestia, ya que no sólo lo ejercían en Buena Vista, sino en otros pueblos circunvecinos, entre ellos mencionamos primeramente a Eutaquia, quien estuvo desde comienzos del siglo XX hasta la década de los veinte, posteriormente se conoció a Saturna Gonzalez, quien vivía en la entrada de Buena Vista, Ramona Granja, Felicia Velazco (Mamá Icha), todas ellas no sólo atendían a las parturientas al momento del parto, sino que muchas veces se encargaban de las curas de los niños, en muchas ocasiones llegando a pasar días y semanas en las diferentes casa que atendían.
El Dispensario y posteriormente la Medicatura.
En 1.952 se crea el Dispensario que al principio estuvo atendido alternativamente por los Doctores Ramón Antonio López y Mariano José Colina, procedentes de Pueblo Nuevo y Adícora respectivamente, siendo la primera enfermera Fermina Carrasqueño, en 1.953 se retira Fermina Carrasqueño y es sustituida por Rosita Ruiz de Castellano, y en el año 1.954 cuando el dispensario es elevado a Medicatura II, llega formar parte en la enfermería, Fidelia Carrasqueño de Cahuao, acompañando así a Rosita Ruiz, éstas dos enfermeras también fueron comadronas en dos años y en años posteriores, muchas anécdotas guardan en sus memorias, también llegaron a recorrer los Pueblos circunvecinos atendiendo partos, son las madrinas de la mayoría de las personas que nacieron en las décadas de los años 50 y 60.
En el año de inicio de la Medicatura II , era el Médico residente el Doctor Juan Ramón Peña Velasco, comenzó a dar charlas a las comadronas, se le entregaban las curas respectivas, y ellas a su vez tenían que entregar la relación de los partos al Médico residente, asistían entonces: Ramona Granja, Felicia Velazco, Julia Gómez de la Pitahaya , Brígida de Gómez de El Cujizal, Pastora Gomez de Manaure de Jamaica, Maximia Revilla de Adaure, y por su puesto las enfermeras Rosita Ruiz de Castellano y Fidelia Carrasqueño de Cahuao.
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